MONJAS CONCEPCINISTAS

MONJAS CONCEPCINISTAS
TITULAR DEL CONVENTO

viernes, 5 de agosto de 2011

FUNDACION DEL CONVENTO


Fue fundado por el Señor Pedro Tomás el cual observaba con tristeza  la situación en que se hallaban las jóvenes hijas de conquistadores que no tenían dinero.

Los partidarios de la idea iban aumentando:

El alcalde Bernardina de Albornoz

El virrey don Martín Enríquez

El Arzobispo Don Pedro Moya de Contreras

PEDRO TOMAS DE DENIA
Queriendo estos fundar un Monasterio, en que sin dote alguno se les diese el estado de religiosa a doncellas nobles hijas y nietas de conquistadores; juzgaron conveniente el disponer.

El Alcaide Bernardino de Albornoz , Pedro Thomas , y Gregorio de Pezquera, sino también al relator Juan  Clemente, buscaran la casa, que pareciese mejor párala fundación del convento, pareciese a propósito; y por entonces pareció ser lo, la que fue de Diego Arias Sotelo, regidor de México, que esta en la calle de Tacuba, colindando por la parte del occidente con la iglesia parroquial de la Santa Vera-Cruz, de que se dividía con una callejuela, y por la del oriente con casas de Ortuño de Ybarra, que hoy cuanto escribo, posee d. Carlos de Luna, y aunque el sitio era bastante dilatado, y con hermosa huerta, no solo era esto lo que lo hacia apetecible, teniendo por la cercanía de la iglesia otras conveniencias mayores con que se hacia estimable, siendo la principal entre todas, ofrecerla graciosamente los curas, y caballeros cofrades de la insigne Archicofradía de la Vera-Cruz, que en ella fundo el invicto Capitán Fernando Cortez.

PARROQUITA DE LA VERACRUZ
Pareciéndole al Ilustrísimo Arzobispo, que estando recogidos casi cuarenta mil pesos, en que entraban las limosnas de Pedro Tomas de las Dadas de Gregorio de Pesquera, y Pedro García, era justo se diese feliz principio a la fabrica temporal y espiritual del deseado convento, valiéndose de la facultad, que semejantes casos le habían concedido N.M.S. P Gregorio XIII.
PAPA GREGORIO XIII
 
En breve de 21 de Enero de 1558:comento a prevenir lo que juzgo necesario: siendo lo primero; determinar se le diese el titulo de Jesús María, y que fuera de la regla , y constituciones de la limpia Concepción de Nuestra Señora, cuyo habito habían de vestir, observasen las ordenanzas, que había dispuesto Pedro Tomas.     
El día 4 de enero de 1580 se reconoce el libro de profesiones,

Había en México dos conventos de religiosas, que eran el de la Limpia Concepción de Nuestra Señora, y el de Regina-Cheli, pareció decente, que las que se nombrasen para preladas, y fundadoras del de Jesús María, saliesen de la Limpia Concepción, así por haber sido el primero con que se ilustro toda la América, desde el año de 1541, en que lo fundo el Ilustrísimo, y venerable Fray Juan de Zumárraga primer prelado de la iglesia mexicana.
Con la elección se había hecho, por auto  de 9 de febrero de 1580 nombro por fundadoras del convento de Jesús María, a las muy reverenda y devotas religiosas:

Isabel Bautista, Ana de S. María, Beatriz de la Concepción, Francisca Evangelista, Magdalena de la Concepción, Juliana de la Concepción, María de S. Domingo, Juana de la Encarnación, María de la Visitación, y Juana de San Pablo
A las que les dio facultad para que diesen a perfeccionar la fundación del nuevo convento.

Siendo el único objeto de la fundación del Convento de Jesús María, el remedio de las hijas, y descendientes de conquistadores, era justo tuviese parte en el la majestad católica del señor Rey  Felipe II, que gobernaba entonces la monarquía española.
                                                         
TRAS LADO DEL CONVENTO DE JESUS MARIA
                         
Como ninguno de los que calificaron por buenas la casa del Regidor Diego Arias de Sotelo, para fundar el Convento, las había experimentado viviendo en ellas, fue fácil engañarse en la elección de aquel sitio, cuyas incomodidades fueron tan desde luego notorias, que no se hizo notable el que acosta de su salud las publicasen las Monjas.

Y aunque todos eran bastantemente notorios para que mas se justificase su desconsuelo suplicaron al Arzobispo, las Fundadoras, que reconociendo personalmente lo que causaba sus penas, se dignase de proveer remedio, para que no se perdiese aquel  Seminario de tiernas vírgenes, cuya salud necesariamente había de peligrar en tan incomodo puesto.

No había muchos años, que el Doctor Vasco de Puga, oidor de la gran audiencia y cancillería de México, había labrado unas magnificas y suntuosas casas, en la calle por donde papa la acequia que viene del Palacio Real a la lengua del Peñol, las cuales hacia esquina con la calle que va del Colegio de San Pablo a la plazuela de San Gregorio, y barrio de Tamalean.
El 25 de junio de 1582 ante  López arias notario publico, por parte de la  Abadesa  y definitorio, se dio bastante información, de las incomodidades con que se hallaban en el sitio donde Vivian, y de las convencías, que se seguían de comprar las casa de Lorenzo Porcallón, a que  querían mudarse por lo cual la  se les concedió la licencia para esta compra.

No fue hasta el martes 11 de septiembre 1582 cuando las monjas del Convento de Jesús María se trasladasen al nuevo convento.

Tomo de la mano el Toletero Don Pedro Garcés, a la Madre abadesa Isabel Bautista, y poniéndola afuera de la clausura, hizo lo mismo con 23 profesas, 10 novicias, 6 niñas, y dos sirvientes que fueron entrando en carros cubiertos, que ya estaban prevenidos fueron conducidas a segundo Convente, donde entraron, tomando de el quieta y pacifica posesión con singular regocijo.


PLANO DEL CONVENTO

CLAUSTRO ANTIGUO

FOTO DEL EXTERIOR DEL CONVENTO

ENTRADA A LA PARRIQUIA DE JESUS MARIA


 
EXCLAUSTRICION
                         
Desde principios del siglo XIX nació la inseguridad en los Conventos; algunas leyes que no se llevaron a efecto hablaban de la desamortización de los bienes de la Iglesia: el gobierno puso impuestos muy fuertes a los Conventos que eran dueños de casas, primero de arrendamientos que cobraban (1812) y después por las fincas (1829 y 1857). Hasta 1856 las amenazas se tornaron realidades, ya que las monjas fueron obligadas a vender sus bienes inmuebles; entonces el monto de la venta era para el Convento a pesar de que esta se hiciera en contra de la voluntad de las religiosas.
Más adelante la venta se convirtió en donativo forzoso a la beneficencia pública quien otorgaba los inmuebles a sus arrendatarios con la facilidad de seguir pagando sus rentas como abonos al pago total del edificio.
Las religiosas de Jesús María tenían en 1850 más de treinta casas arrendadas y no sabemos cuántas más inactivas. La nacionalización de los bienes del clero se inicio a partir de las leyes de reforma, el 12 de julio de 1859; más o menos tarde fue, que todas las Ordenes religiosas perdieron no solo sus bienes sino también sus casas, las religiosas  perdieron la suya el 13 de enero de 1861.
Mucho fue lo que sufrieron las religiosas con la amenaza de la exclaustración pero más al quedarse en la calle, dos años después, cuando fue cerrado el Convento de Regina donde se habían refugiado con esperanzas inútiles de volver a su querido claustro.
Las que tenían parientes se refugiaron con sus familias, otras en colegios como internas (Belem de las Mochas) y las más, completamente desamparadas habitaron en casas particulares por caridad y sin tener derecho a nada.
Algunas de las religiosas estuvieron habitando clandestinamente uno de los predios del Convento, que daba a la calle de la Estampa de Jesús María, separado de la Iglesia por otro lote, de acuerdo a la división que había hecho el Convento el perito valuador José María Márquez, quien entrego el plano de la litificación a la comisión de la beneficencia Pública destinado el producto de sus ventas al sostenimiento del hospital San Pablo.
La adjudicación de los predios conventuales dio golpe de muerte al edificio y la exclaustración a las religiosas que vivían ocultas, desamparadas y en un mundo ajeno a las costumbres; expuestas a una existencia que no habían aprendido a afrontar. Poco a poco se fueron dispersando y se desconoce el paradero de casi todas ellas. Las más se escondían temerosas de otro golpe político y más tarde de la persecución.
En julio de 1854 había profesado María Antonia del Corazón de Jesús y después de ella pasaron cuarenta años sin que nadie más profesara. Cuando la situación mejoró, las religiosas sobrevivientes se buscaron, tratando de reedificar sobre las ruinas sus antiguas comunidades. Las monjas de Jesús María intentaron en repetidas ocasiones restaurar su Convento, ya que bastaba una sobreviviente para que se llevara a efecto. Tras una vida de zozobra lograron su objetivo a principios del siglo XIX

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CONVENTO DE JESUS MARIA UBICADO EN LA CALLE DE GARRIDO
                                                                                                 
EN LA PARTE DERECHA SE ENCUENTRA LA MADRE DOLORES EZPETIA EN EL CENTRO LA MADRE JOSEFINA GALBAN Y EN EL LADO DERECHO LA MADRE MARIA DE JESUS RENDON
 

TRASLADO DEL CONVENTO A LA CALLE DE FRANCISCO MORENO
   

   
Esto ocurrió el 12 de mayo de 1979. Fue un día inolvidable para mí, ya que estábamos desayunando y teníamos recreo, porque festejábamos el día de mi profesión, cuando de repente se escuchó el teléfono, entonces recibí la noticia “van para allá los camiones para cambiar las cosas”, todas nos levantamos sin terminar de desayunar, con un entusiasmo inmenso al pensar que por fin íbamos a tener nuestra casa tan deseada, con rapidez preparamos todas nuestras cosas, los camiones llegaron a las nueve de la mañana.
Ese día y los que le siguieron estuvieron llenos de fatiga, no solo por la mudanza sino también por la cercanía de la fiesta, en la que celebramos los cuatrocientos años de la fundación de Jesús María. Habíamos estado muy angustiadas por no tener casa suficiente para recibir a nuestras hermanas del D.F. y del edo. De México, como se acostumbra cuando celebramos fechas tan memorables. Las religiosas de capuchinas que viven en la calle de Galiana, ya nos habían ofrecido su casa, para la celebración de la fiesta, pero este problema se resolvió con la mudanza.
Cuando las Reverendas Madres carmelitas, apenas les habíamos dado un millón de pesos y aún faltaban tres para terminar de pagar la casa. Pedimos ayuda a los señores obispos de Alemania que nos hicieron la caridad de darnos un millón y cuarto, haciendo una excepción con nosotras, puesto que ellos solo ayudaban a fincar no a pagar casas ya construidas. El Señor quiso que le mostráramos nuestro agradecimiento, por lo que él estaba haciendo y para ello permitió que pasáramos angustia, teníamos la esperanza de obtener una buena suma por la venta de la casa de Garrido en la Villa, y con esto terminar de pagar el precio de la casa nueva. Pero en la tesorería nos informaron que la zona donde se encontraba la casa estaba afectada y que por lo tanto nadie podía comprarla. Ya se pueden imaginar la aflicción que nos causó esta noticia. Estábamos pagando predial, agua y luz de aquella casa de Garrido No.31 y lo mismo más teléfono de la casa de Francisco Moreno No.122. 

CLAUSTRO DEL CONVENTO
CLAUSTRO DEL CONVENTO EN SU ACTUAL DIRECCION